El 8 de junio de 1948 empezaba un nuevo capítulo en la historia del automóvil. Ese día, el primer prototipo de Porsche, con el número de identificación 356-001, recibía su homologación oficial como vehículo para uso en carretera. “En un principio, salí a buscar el vehículo que había soñado conducir. Como no lo encontré, decidí construirlo”, decía Ferry Porsche y, hasta hoy, este espíritu genial y pionero ha dado forma a la filosofía de la compañía.
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“Hoy Porsche es más fuerte que nunca. Tenemos la gama más completa en la historia de nuestra empresa. Además, nuestros costes y procesos de fabricación están bajo control y así podemos garantizar la independencia a largo plazo. Siempre nos hemos visto como un David que se mantiene en pie frente a los Goliats de la industria. Esa imagen nos ha dado forma a través de los años y también nos ha llevado al éxito”, explicaba el Consejero Delegado de Porsche, Wendelin Wiedeking.
Cuando Wiedeking tomó las riendas de la gestión, en 1992, Porsche estaba en el peor momento de la más seria crisis económica de su historia. La empresa corría el peligro de perder su valor más preciado, la independencia. Había que tomar medidas de forma inmediata para atajar esta situación. Y las familias Porsche y Piëch, como accionistas, trasladaron su apoyo al Consejo.
Wiedeking y sus compañeros del Consejo no sólo lanzaron el Boxster, sino que dieron un giro a la compañía en términos económicos. Bajo los lemas “dirección ajustada” y “producción ajustada” se introdujeron nuevos sistemas de organización y producción, y la jerarquía de la empresa, así como sus procesos estructurales, fueron reorganizados de arriba a abajo. No pasó mucho tiempo hasta que, gracias a los esfuerzos internos, empezó a mejorar la productividad y, mientras tanto, la gama de modelos de nuevo desarrollo tuvo un impacto positivo en el mercado. En 1995, Porsche dejó atrás los números rojos y se colocó en una posición de líder, batiendo récords cada año en facturación, ventas y beneficios.
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A lo largo de estos 60 años Porsche ha trabajado muy duro para lograr esta imagen especial, principalmente a través de la variedad de sus innovaciones y también, de forma específica, en el área de la protección del medioambiente. Los ingenieros de Porsche nunca han estado satisfechos con cumplir simplemente las regulaciones impuestas por las leyes de cada momento y siempre se han marcado como objetivo superarlas. Los vehículos de Porsche también han sido un ejemplo en temas de protección medioambiental. Así, el primer ensayo autorizado en Europa sobre emisiones fue realizado en 1966 utilizando un 911. No mucho tiempo después se estableció un departamento independiente para probar también los valores de emisiones de coches producidos por otros fabricantes.
Porsche desarrolla nuevas tecnologías no sólo para mejorar las prestaciones y la dinámica de sus automóviles, sino también para optimizarlos en relación con la sostenibilidad medioambiental. En los últimos 15 años, Porsche ha trabajado con éxito en la reducción del consumo de sus vehículos nuevos, y por tanto también en las emisiones de CO2, logrando una mejora media del 1,7% anual. Teniendo en cuenta las prestaciones del motor, Porsche es actualmente el fabricante con las emisiones de CO2 más bajas. Y, para 2012, el consumo de combustible en los Porsche se reducirá otro 20%, gracias a nuevas e innovadoras tecnologías de motores y al sistema de propulsión híbrido del Cayenne y el Panamera.
El entonces canciller Gerhard Schröder dijo una vez: “Porsche es un modelo para Alemania”. Con ello, no se estaba refiriendo únicamente a la genial ingeniería que la compañía representa, sino que también hablaba del principio de David por el que un pequeño constructor de automóviles ha sido capaz de mantener a raya a los Goliats de la industria durante estos 60 años. Con el sello de calidad “made in Germany”, Porsche ha creado y seguido su propio camino, rechazando subvenciones y demostrando su responsabilidad social, tanto con sus empleados como con el resto de la sociedad.
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El objetivo de esta estrategia está claro: bajo el paraguas de Porsche Automobil Holding SE, no sólo está garantizado el crecimiento de Porsche y de Volkswagen, gracias a su eficaz asociación en temas de desarrollo y producción demostrada a lo largo de décadas, sino también la independencia de ambas compañías. Y el presidente del Consejo, Wendelin Wiedeking, hace la siguiente promesa: “Porsche seguirá siendo Porsche en el futuro, igual que Volkswagen seguirá siendo Volkswagen. Esta es la receta del éxito”.
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